Habitamos en un mundo lleno de texturas y colores infinitos. Coexistimos con seres de cuerpos diversos, reales, metabolismos y necesidades diferentes.
Hemos aprendido a convivir en armonía con todas estas diferencias.
Entonces ¿por qué nos aferramos a vivir en una guerra con nosotras mismas?
El mundo nos ha enseñado a clasificar y a poner dentro de ciertos grupos, las características que consolidan la idea de una belleza ideal. Pero ya llegó el momento de romper con estos esquemas.
Reconozcámonos bajo el término de neutralidad corporal, con el cual dejamos de lado miradas y comentarios negativos.
Que a partir de hoy la lucha diaria no sea odiar nuestro propio cuerpo por no encajar dentro de los estándares de belleza, que ahora la lucha sea por amarnos más cada día.
Y no se trata de forzar la ya conocida frase de “ama tu cuerpo”, sino de ayudarte a encontrar el equilibrio entre terminar con esas peleas internas constantes y ACEPTAR lo que eres y lo que tienes, eso que ya te hace ser una mujer bendita.
Nadie es más, nadie es menos. La belleza es subjetiva y los estándares de belleza ya no tienen cupo dentro de nuestro vocabulario, ni de nuestro catálogo.
Así que hermana... ¡ÁMATE! porque respiras, porque disfrutas, porque vives y recuerda que #BenditasSomosTodas